Domingo
11 de Marzo, 2012
Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna
Señor, eres mi refugio y salvación
Primera
Lectura
Lectura
del libro del Éxodo (20, 1-17)
En
aquellos días, el Señor promulgó estos preceptos para su pueblo en el
monte Sinaí, diciendo:
“Yo
soy el Señor, tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto y de la
esclavitud. No tendrás otros dioses fuera de mí; no te fabricarás
ídolos ni imagen alguna de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo,
en la tierra, o en el agua, y debajo de la tierra. No adorarás nada
de eso ni le rendirás culto, porque yo, el Señor, tu Dios, soy un
Dios celoso, que castiga la maldad de los padres en los hijos
hasta la tercera y cuarta generación de aquellos que me odian;
pero soy misericordioso hasta la milésima generación de
aquellos que me aman y cumplen mis mandamientos.
No
harás mal uso del nombre del Señor, tu Dios, porque no dejará el
Señor sin castigo a quien haga mal uso de su nombre.
Acuérdate
de santificar el sábado. Seis días trabajarás y en ellos harás todos
tus quehaceres; pero el día séptimo es día de descanso,
dedicado al Señor, tu Dios. No harás en él trabajo alguno, ni tú, ni
tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales,
ni el forastero que viva contigo.
Porque
en seis días hizo el Señor el cielo, la tierra, el mar y cuanto hay
en ellos, pero el séptimo, descansó. Por eso bendijo el Señor el sábado y
lo santificó.
Honra
a tu padre y a tu madre para que vivas largos años en la tierra que
el Señor, tu Dios, te va a dar. No matarás. No cometerás adulterio.
No robarás. No darás falso testimonio contra tu prójimo. No
codiciarás la casa de tu prójimo, ni a su mujer, ni a su esclavo, ni
a su esclava, ni su buey, ni su burro, ni cosa alguna que le pertenezca”.
Palabra
de Dios.
Te
alabamos, Señor.
Salmo
Responsorial Salmo 18
Tú
tienes, Señor, palabras de vida eterna.
La
ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables
son las palabras del Señor y hacen sabio al sencillo.
En
los mandamientos del Señor hay rectitud y alegría para el corazón;
son luz los preceptos del Señor para alumbrar el camino.
La
voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los mandamientos
del Señor son verdaderos y enteramente justos.
Que
te sean gratas las palabras de mi boca y los anhelos de mi
corazón. Haz, Señor, que siempre te busque, pues eres mi refugio y
salvación.
Segunda
Lectura
Lectura
de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios (1, 22-25)
Hermanos:
Los
judíos exigen señales milagrosas y los paganos piden sabiduría.
Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, que es
escándalo para los judíos y locura para los paganos; en cambio,
para los llamados, sean judíos o paganos, Cristo es la fuerza y la
sabiduría de Dios. Porque la locura de Dios es más sabia que la
sabiduría de los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que la
fuerza de los hombres.
Palabra
de Dios.
Te
alabamos, Señor.
Evangelio
†
Lectura del santo Evangelio según san Juan (2,
13-25)
Gloria
a ti, Señor.
Cuando
se acercaba la Pascua de los judíos, Jesús llegó a Jerusalén y
encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y
a los cambistas con sus mesas. Entonces hizo un látigo
de cordeles y los echó del templo, con todo y sus ovejas y bueyes;
a los cambistas les volcó las mesas y les tiró al suelo las
monedas; y a los que vendían palomas les dijo: “Quiten todo de aquí y
no conviertan en un mercado la casa de mi Padre”.
En
ese momento, sus discípulos se acordaron de lo que estaba escrito:
El
celo de tu casa me devora.
Después
intervinieron los judíos para preguntarle:
“¿Qué
señal nos das de que tienes autoridad para actuar así?”
Jesús
les respondió:
“Destruyan
este templo y en tres días lo reconstruiré”. Replicaron los judíos:
“Cuarenta y seis años se ha llevado la construcción del templo, ¿y tú
lo vas a levantar en tres días?”
Pero
él hablaba del templo de su cuerpo. Por eso, cuando resucitó Jesús de
entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había
dicho aquello y creyeron en la Escritura y en las palabras que Jesús
había dicho.
Mientras
estuvo en Jerusalén para las fiestas de Pascua, muchos creyeron en
él, al ver los prodigios que hacía. Pero Jesús no se fiaba de ellos,
porque los conocía a todos y no necesitaba que nadie le descubriera
lo que es el hombre, porque él sabía lo que hay en el hombre.
Palabra
del Señor.
Gloria
a ti, Señor Jesús.
Comentario a la Palabra de Dios
Queridos hermanos y hermanas, que el
Dios de la vida permanezca siempre con todos ustedes y que la paz de Cristo
habite en sus corazones y sean signo de la presencia del Amor en medio del
mundo por medio de la acción del Espíritu Santo.
El evangelio de Juan que leemos en
este domingo, no habla sobre el templo de Jerusalén. Es un tema importante para
el judío, pues es el centro de las instituciones y símbolo de la gloria y el
poder de la nación judía (tanto la residente en Palestina como la que se
encuentra en la Diáspora), el templo es signo de la presencia de Dios en medio
de su pueblo.
El hecho de que se nos presente a
Jesús en el evangelio con un “látigo con cuerdas” hace referencia a la frase
“el látigo del Mesías”, para significar la fuerza de la irrupción de la era
mesiánica. Por eso, si Jesús hace uso del “látigo” no deja duda sobre quién es Él.
Para entender un poco sobre lo que
sucedía, es decir, porqué el templo se había convertido en un banco, es
necesario saber que los llamados cambistas representaban “el sistema
financiero” de la época. Todos los varones judíos mayores de 21 años estaban
obligados a pagar un tributo anual al templo, e infinidad de donativos en
dinero iban a parar al tesoro del templo. El templo de Jerusalén llegó a ser
uno de los mayores “bancos” de la antigüedad. El sistema de cambio era necesario
porque al pagar el tributo y los donativos no se podía hacer en monedas que
llevasen la efigie imperial, considerada idolátrica por los judíos, entonces el
templo acuñaba su propia moneda y quienes iban a pagar, previamente tenían que
cambiar sus monedas por las del templo, esto no era gratuito, sino que los
cambistas cobraban naturalmente una comisión.
En este acto de volcar sus mesas y tirar
sus monedas, Jesús estaba atacando o quejándose de un sistema que sistema
económico que se aprovechaba de lo religioso para obtener ganancias. Si bien Jesús
expulsa a todos, sin embargo se refiere al final a los vendedores de palomas diciéndoles
que quiten todo de ahí. Se puede interpretar que como los pobres ofrecían en sus
cultos a Dios las palomas, los que hace responsables de la corrupción del
templo, dejando ver la preocupación de Dios por la gente, especialmente los
pobres, y su enojo por quienes hacen negocio con su pobreza.
El templo es casa de oración y ellos
la han convertido en “casa del mercado”, donde el dios es el dinero. En su lenguaje,
Jesús expresa que destruyan este templo y que lo reconstruirá en tres días, los
judíos no entienden el lenguaje, pues se refería a otro tempo, es muy propio de
Juan crear estos mal entendidos, pero que ayudan a pasar de un lado a otro para
poder descubrir el mensaje que está de fondo y que es el principal. Jesús se pone
él mismo como templo de Dios. En el fondo, Jesús nos muestra que el poder del resucitado,
en su propia pascua, dará el verdadero sentido al “templo de Dios”, así, el
verdadero templo de Dios no requiere edificios sino cuerpos vivos, templos
resucitados; estos son los verdaderos santuarios de Dios. Jesús viene a
proponer un verdadero templo y culto a partir de su misma persona, de su pascua
y de su acción en nuestras vidas, templos de su Espíritu.
Que en este tiempo propicio de conversión
y de salvación podamos ir dejándonos restaurar como templos vivos donde se
rinda verdadero culto en el espíritu mismo del Resucitado. Amén.
1 comentario:
Hola, concisas y precisas letras desnudan a golpe de talento la germinal belleza de este blog, si te va la palabra encadenada, la poesía, te espero en el mio,será un placer,es,
http://ligerodeequipaje1875.blogspot.com/
gracias, buen día, besos irreverentes...
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