Domingo 29 de Enero, 2012
Día del Señor
Señor, que no seamos sordos a tu voz
Sálvanos, Señor y Dios nuestro
Primera
Lectura
Lectura
del libro del Deuteronomio (18, 15-20)
En
aquellos días, habló Moisés al pueblo, diciendo:
“El
Señor Dios hará surgir en medio de ustedes, entre sus
hermanos, un profeta como yo. A él lo escucharán. Eso es lo
que pidieron al Señor, su Dios, cuando estaban reunidos en
el monte Horeb: ‘No queremos volver a oír la voz del Señor nuestro
Dios, ni volver a ver otra vez ese gran fuego; pues no queremos
morir’.
El
Señor me respondió:
‘Está bien
lo que han dicho. Yo haré surgir en medio de sus hermanos un profeta
como tú. Pondré mis palabras en su boca y él dirá lo que le mande yo.
A quien no escuche las palabras que él pronuncie en mi nombre, yo
le pediré cuentas. Pero el profeta que se atreva a decir en
mi nombre lo que yo no le haya mandado, o hable en nombre de otros
dioses, será reo de muerte’”.
Palabra
de Dios.
Te
alabamos, Señor.
Salmo
Responsorial Salmo 94
Señor,
que no seamos sordos a tu voz.
Vengan,
lancemos vivas al Señor, aclamemos al Dios que nos salva.
Acerquémonos a él, llenos de júbilo, y démosle gracias.
Vengan,
y puestos de rodillas, adoremos y bendigamos al Señor, que nos hizo,
pues él es nuestro Dios y nosotros, su pueblo; él es nuestro pastor
y nosotros, sus ovejas.
Hagámosle
caso al Señor, que nos dice: “No endurezcan su corazón, como el día
de la rebelión en el desierto, cuando sus padres dudaron de
mí, aunque habían visto mis obras”.
Segunda
Lectura
Lectura
de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (7, 32-35)
Hermanos:
Yo quisiera que ustedes vivieran sin preocupaciones. El
hombre soltero se preocupa de las cosas del Señor y de cómo agradarle; en
cambio, el hombre casado se preocupa de las cosas de esta vida y de
cómo agradarle a su esposa, y por eso tiene dividido el corazón. En
la misma forma, la mujer que ya no tiene marido y la soltera
se preocupan de las cosas del Señor y se pueden dedicar a
él en cuerpo y alma. Por el contrario, la mujer casada se
preocupa de las cosas de esta vida y de cómo agradarle a su esposo.
Les
digo todo esto para bien de ustedes. Se lo digo, no para ponerles una
trampa, sino para que puedan vivir constantemente y sin distracciones
en presencia del Señor, tal como conviene.
Palabra
de Dios.
Te
alabamos, Señor.
Evangelio
†
Lectura del santo Evangelio según san Marcos (1,
21-28)
Gloria
a ti Señor.
En
aquel tiempo, se hallaba Jesús en Cafarnaúm y el sábado fue a la sinagoga y
se puso a enseñar. Los oyentes quedaron asombrados de sus
palabras, pues enseñaba como quien tiene autoridad y no como los
escribas.
Había
en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se
puso a gritar: “¿Qué quieres tú con nosotros, Jesús de
Nazaret? ¿Has venido a acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el
Santo de Dios”.
Jesús
le ordenó: “¡Cállate y sal de él!”
El
espíritu inmundo, sacudiendo al hombre con violencia y dando un
alarido, salió de él. Todos quedaron estupefactos y se preguntaban:
“¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es ésta? Este hombre tiene autoridad
para mandar hasta a los espíritus inmundos y lo obedecen”. Y muy
pronto se extendió su fama por toda Galilea.
Palabra
del Señor.
Gloria
a ti, Señor Jesús.
Comentario a la Palabra de Dios
Queridos hermanos y hermanas, que el Dios de la vida permanezca
siempre con todos ustedes y que la paz de Cristo habite en sus corazones y sean
signo de la presencia del Amor en medio del mundo por medio de la acción del
Espíritu Santo.
En el libro del Deuteronomio, en el párrafo que hemos leído,
se ubica la promesa acerca del profeta futuro, un profeta que será como Moisés,
y tal profeta se encargará de mantener vivo el Espíritu de la Ley, será “llevar
la Ley en el corazón”.
En este sentido Pablo en la carta a
los corintios nos ayuda a comprender el mensaje y vivirlo, pues aconseja y
exhorta a que ninguno viva disperso en preocupaciones sino en vivir el mensaje
cristiano.
El mensaje anunciado desde antiguo se cumple en Cristo
Jesús, no ya un profeta sino el Mesías mismo, que habla con autoridad mientras los
maestros y escribas no saben hacerlo.
Jesús impacta por su personalidad, por su mensaje y
autoridad en el pueblo mismo. Y esta autoridad se ve de modo patente cuando
expulsa al demonio en la sinagoga. La gente se pregunta y queda admirada ante
aquél hecho.
Creo que este pasaje puede ayudarnos a pensar más sobre
nuestra vida, si Jesús habla como quien tiene autoridad, entonces tenemos que
vivir obedientes a su Palabra para no apartarnos del camino marcado por Él. Muchas
veces es peor el pecado del cual somos esclavos que una posesión de un
endemoniado, pues no nos decidimos con una “determinada determinación” a vivir
la ley, a vivir la Palabra de Dios, a escuchar el mensaje de Cristo, a
reconocerlo en nuestras vidas como quien tiene autoridad. Muchas veces vivimos
como adormecidos y/o atados afectivamente al pecado y eso no nos deja ser libres,
no deja heridos y en vez de anunciar el Reino de Dios, terminamos viviendo y
transmitiendo un reino de oscuridad y tinieblas.
Pidamos al Señor Jesús la gracia de poder ser humildes y
obedientes a su mensaje para poder ser anunciadores de un Reino de Luz y no de
sombras. Amén.
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