sábado, 4 de octubre de 2008

DOMINGO XXVII DEL TIEMPO ORDINARIO Año A


LITURGIA DE LA PALABRA


Is 5,1-7: La viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel.
Voy a cantar en nombre de mi amigo un canto de amor a su viña.Mi amigo tenía una viña en fértil collado. La entrecavó, la descantó, y plantó buenas cepas; construyó en medio una atalaya y cavó un lagar. Y esperó que diese uvas, pero dio agrazones.Pues ahora, habitantes de Jerusalén, hombres de Judá, por favor, sed jueces entre mí y mi viña. ¿Qué más cabía hacer por mi viña que yo no lo haya hecho? ¿Por qué, esperando que diera uvas, dio agrazones?Pues ahora os diré a vosotros lo que voy a hacer con mi viña: quitar su valla para que sirva de pasto, derruir su tapia para que la pisoteen. La dejaré arrasada: no la podarán ni la escardarán, crecerán zarzas y cardos; prohibiré a las nubes que lluevan sobre ella.La viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel; son los hombres de Judá su plantel preferido. Esperó de ellos derecho, y ahí tenéis: asesinatos; esperó justicia, y ahí tenéis: lamentos.

Sal 79: La viña del Señor es la casa de Israel.
Sacaste una vid de Egipto,expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste;le preparaste el terreno, y echó raíceshasta llenar el país;

Su sombra cubría las montañas,y sus pámpanos, los cedros altísimos;extendió sus sarmientos hasta el mar,y sus brotes hasta el Gran Río.

¿Por qué has derribado su cercapara que la saqueen los viandantes,la pisoteen los jabalíesy se la coman las alimañas?

Dios de los ejércitos, vuélvete:mira desde el cielo, fíjate,ven a visitar tu viña,la cepa que tu diestra plantó,y que tú hiciste vigorosa.

La han talado y le han prendido fuego;con un bramido hazlos perecer.

Que tu mano proteja a tu escogido,al hombre que tú fortaleciste.

No nos alejaremos de ti:danos vida, para que invoquemos tu nombre.

Señor, Dios de los ejércitos, restáuranos,que brille tu rostro y nos salve.

* Mt 21,33-43: Arrendará la viña a otros labradores.
"Escuchad otra parábola. Era un propietario que plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó en ella un lagar y edificó una torre; la arrendó a unos labradores y se ausentó.

Cuando llegó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores para recibir sus frutos.

Pero los labradores agarraron a los siervos, y a uno le golpearon, a otro le mataron, a otro le apedrearon.

De nuevo envió otros siervos en mayor número que los primeros; pero los trataron de la misma manera.Finalmente les envió a su hijo, diciendo: "A mi hijo le respetarán."Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron entre sí: "Este es el heredero. Vamos, matémosle y quedémonos con su herencia."Y agarrándole, le echaron fuera de la viña y le mataron.Cuando venga, pues, el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?"

Dícenle: "A esos miserables les dará una muerte miserable arrendará la viña a otros labradores, que le paguen los frutos a su tiempo."

Y Jesús les dice: "¿No habéis leído nunca en las Escrituras: 'La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos?'

Por eso os digo: Se os quitará el Reino de Dios para dárselo a un pueblo que rinda sus frutos."

COMENTARIO A LA PALABRA DE DIOS:
Queridos hermanos y hermanas, hoy escuchamos de Jesús una parábola cuyo contenido es bastante fuerte. Muchas veces sentimos las palabras de un Jesús misericordioso, amable... pero hoy no es así, vemos a un Jesús que nos presenta la realidad con la crueldad de los hombres.
Jesús dijo esta parábola a los jefes de los sacerdotes y a los ancianos del pueblo, a los que tenían que cuidar del pueblo del que Dios, la misma viña que Dios ha preparado y cuidado:
"Un hombre, poseía un terreno y plantó una viña. La circundó con un cerco, cavó un pozo para el trapiche y construyó una torre. La dio en alquiler a los campesinos y se fue lejos.
Cuando llegó el tiempo de recoger los frutos, mandó sus siervos a retirar la cosecha. Pero los campesinos tomaron los siervos y uno lo apalearon, otro lo mataron, otro lo lapidaron. Mandó de nuevos otros siervos, más numerosos que los primeros, pero a ellos los trataron del mismo modo.
Dios ha mandado a sus profetas para conducir al pueblo elegido, su viña, pero los jefes han puesto su mano y se han aprovechado de lo que no era suyo, traicionando a Dios.
Por último les mandó a su propio hijo diciendo: "¡Tendrán respeto por mi hijo!". Pero los campesinos, viendo al hijo, se dijeron entre ellos: "¡Ése es el heredero. Matémoslo y quedémonos con su herencia!". Lo tomaron, lo echaron fuera de la viña y lo mataron.
El propio Jesús hace un adelanto de su muerte por mano de los jefes del pueblo. Él ha venido para entregarnos a Dios, el dueño de la viña, pero el egoísmo de los hombres ha matado a Jesús.
Por tanto nos dice Jesús: a ustedes se les quitará el Reino de Dios y será dado a un pueblo que produzca frutos".
Todo somos responsables de lo que el Dios nos ha confiado, pero muchas veces vivimos la gracia de Dios como algo propio, personal y egoísta, cuando en verdad todos somos su viña, y todo tenemos que dar frutos a su tiempo, cada uno según lo que se le ha confiado.
También sucede que en esta sociedad echamos fuera de nuestras vidas a Jesús y a todos los que él nos manda como mensajeros de su amor, y así vivimos sin Dios, lejos de Él y de su gracia, sin poder dar frutos.
Hagamos como el apóstol Pablo nos dice: Hermanos y hermanas, no se angustien para nada, pero en cada circunstancia hagan presente a Dios sus solicitudes con ruegos, súplicas y agradecimientos.
Y la paz de Dios, que supera cada inteligencia, custodiará sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús.
Todo lo que es verdadero, lo que es noble, justo, puro, lo que es amable, honrado, lo que es virtud y lo que merece alabanza, esté siempre en sus pensamientos.
Las cosas que han aprendido, recibido, escuchado y visto en mí (Pablo), pónganlas en práctica. ¡Y el Dios de la paz estará con ustedes!
Es Él quien nos ha dado cada bien y nos ha dejado un encargo en esta, su viña.
Tenemos que pedir a Dios que siempre esté con nosotros, para poder aprender de Él.
Pidámosle que nos mire y visite esta viña, que proteja lo que Su derecha ha plantado, y nosotros haremos promesa de no alejarnos más que Él, y así con su gracia poder revivir. Nuestro Señor Dios, haz qué volvemos a Ti, y haz resplandecer tu rostro y nosotros seremos salvados.


__________________


DOMENICA XXVII DEL TEMPO ORDINARIO Anno A

LITURGIA DELLA PAROLA

Prima Lettura Is 5,1-7

Dal libro del profeta Isaia
Voglio cantare per il mio diletto il mio cantico d’amore per la sua vigna.

Il mio diletto possedeva una vigna sopra un fertile colle.Egli l’aveva dissodata e sgombrata dai sassi e vi aveva piantato viti pregiate;in mezzo vi aveva costruito una torre e scavato anche un tino.Egli aspettò che producesse uva; essa produsse, invece, acini acerbi.

E ora, abitanti di Gerusalemme e uomini di Giuda, siate voi giudici fra me e la mia vigna.

Che cosa dovevo fare ancora alla mia vigna che io non abbia fatto?

Perché, mentre attendevo che producesse uva, essa ha prodotto acini acerbi?Ora voglio farvi conoscere ciò che sto per fare alla mia vigna: toglierò la sua siepee si trasformerà in pascolo; demolirò il suo muro di cinta e verrà calpestata.La renderò un deserto, non sarà potata né vangata e vi cresceranno rovi e pruni; alle nubi comanderò di non mandarvi la pioggia.Ebbene, la vigna del Signore degli eserciti è la casa d’Israele; gli abitanti di Giuda sono la sua piantagione preferita.Egli si aspettava giustizia ed ecco spargimento di sangue, attendeva rettitudine ed ecco grida di oppressi.


Salmo Responsoriale

Dal Salmo 79

La vigna del Signore è la casa d'Israele.

Hai sradicato una vite dall’Egitto,hai scacciato le genti e l’hai trapiantata.

Ha esteso i suoi tralci fino al mare,arrivavano al fiume i suoi germogli.Perché hai aperto brecce nella sua cintae ne fa vendemmia ogni passante?La devasta il cinghiale del boscoe vi pascolano le bestie della campagna.Dio degli eserciti, ritorna!

Guarda dal cielo e vedi e visita questa vigna,proteggi quello che la tua destra ha piantato,il figlio dell’uomo che per te hai reso forte.

Da te mai più ci allontaneremo,facci rivivere e noi invocheremo il tuo nome.

Signore, Dio degli eserciti, fa’ che ritorniamo, fa’ splendere il tuo volto e noi saremo salvi.


Seconda Lettura Fil 4,6-9

Dalla lettera di san Paolo apostolo ai Filippesi
Fratelli, non angustiatevi per nulla, ma in ogni circostanza fate presenti a Dio le vostre richieste con preghiere, suppliche e ringraziamenti. E la pace di Dio, che supera ogni intelligenza, custodirà i vostri cuori e le vostre menti in Cristo Gesù.In conclusione, fratelli, quello che è vero, quello che è nobile, quello che è giusto, quello che è puro, quello che è amabile, quello che è onorato, ciò che è virtù e ciò che merita lode, questo sia oggetto dei vostri pensieri. Le cose che avete imparato, ricevuto, ascoltato e veduto in me, mettetele in pratica. E il Dio della pace sarà con voi!


Vangelo Mt 21,33-43Dal vangelo secondo Matteo
In quel tempo, Gesù disse ai capi dei sacerdoti e agli anziani del popolo: «Ascoltate un’altra parabola: c’era un uomo, che possedeva un terreno e vi piantò una vigna. La circondò con una siepe, vi scavò una buca per il torchio e costruì una torre. La diede in affitto a dei contadini e se ne andò lontano. Quando arrivò il tempo di raccogliere i frutti, mandò i suoi servi dai contadini a ritirare il raccolto. Ma i contadini presero i servi e uno lo bastonarono, un altro lo uccisero, un altro lo lapidarono. Mandò di nuovo altri servi, più numerosi dei primi, ma li trattarono allo stesso modo. Da ultimo mandò loro il proprio figlio dicendo: “Avranno rispetto per mio figlio!”. Ma i contadini, visto il figlio, dissero tra loro: “Costui è l’erede. Su, uccidiamolo e avremo noi la sua eredità!”. Lo presero, lo cacciarono fuori dalla vigna e lo uccisero. Quando verrà dunque il padrone della vigna, che cosa farà a quei contadini?». Gli risposero: «Quei malvagi, li farà morire miseramente e darà in affitto la vigna ad altri contadini, che gli consegneranno i frutti a suo tempo». E Gesù disse loro: «Non avete mai letto nelle Scritture:“La pietra che i costruttori hanno scartato è diventata la pietra d’angolo; questo è stato fatto dal Signore ed è una meraviglia ai nostri occhi?”Perciò io vi dico: a voi sarà tolto il regno di Dio e sarà dato a un popolo che ne produca i frutti».

COMMENTO ALLA PAROLA DI DIO:

Carissimi fratelli e sorelle, oggi sentiamo dire Gesù una parabola il cui contenuto è abbastanza forte. Tante volte sentiamo le parole di un Gesù misericordioso, amabile ma oggi non è così, sentiamo un Gesù che ci presenta la realtà con tutta la crudeltà degli uomini.
Gesù disse questa parabola ai capi dei sacerdoti e agli anziani del popolo, a quelli che dovevano avere cura del popolo del quale Dio aveva fatto responsabili, la stessa vigna che Dio ha curato e messo a posto: «Un uomo, possedeva un terreno e vi piantò una vigna. La circondò con una siepe, vi scavò una buca per il torchio e costruì una torre. La diede in affitto a dei contadini e se ne andò lontano. Quando arrivò il tempo di raccogliere i frutti, mandò i suoi servi dai contadini a ritirare il raccolto. Ma i contadini presero i servi e uno lo bastonarono, un altro lo uccisero, un altro lo lapidarono. Mandò di nuovo altri servi, più numerosi dei primi, ma li trattarono allo stesso modo. Dio ha mandato i suoi profeti per condurre il popolo eletto, la sua vigna, ma i capi hanno messo mano loro e hanno approfittato di quello che non era suo, tradendo il Signore.Da ultimo mandò loro il proprio figlio dicendo: “Avranno rispetto per mio figlio!”. Ma i contadini, visto il figlio, dissero tra loro: “Costui è l’erede. Su, uccidiamolo e avremo noi la sua eredità!”. Lo presero, lo cacciarono fuori dalla vigna e lo uccisero.
Gesù stesso anticipa la sua morte da mano dei capi del popolo. Lui è venuto per consegnarci a Dio, il padrone della vigna, ma l’egoismo degli uomini ha ucciso Gesù.Perciò ci dice Gesù: a voi sarà tolto il regno di Dio e sarà dato a un popolo che ne produca i frutti».
Tutti siamo responsabili di quello che il Signore ci ha affidati, ma tante volte viviamo il dono di Dio come qualcosa di personale ed egoista, ma in verità siamo tutti la sua vigna, e tutti dobbiamo dare i frutti al suo tempo, ciascuno secondo quello che Lui ci ha dato.
Dobbiamo fare come ci dice l’apostolo Paolo: Fratelli e sorelle, non angustiatevi per nulla, ma in ogni circostanza fate presenti a Dio le vostre richieste con preghiere, suppliche e ringraziamenti. E la pace di Dio, che supera ogni intelligenza, custodirà i vostri cuori e le vostre menti in Cristo Gesù.Quello che è vero, quello che è nobile, quello che è giusto, quello che è puro, quello che è amabile, quello che è onorato, ciò che è virtù e ciò che merita lode, questo sia oggetto dei vostri pensieri. Le cose che avete imparato, ricevuto, ascoltato e veduto in me, mettetele in pratica. E il Dio della pace sarà con voi!
È Lui che ci ha dato ogni bene e ci ha lasciato un incarico in questa sua vigna.
Dobbiamo chiedere il Signore che sia sempre con noi, per poter imparare da Lui.Chiediamole di guardarci e di visitare questa vigna, che protegga quello che la Sua destra ha piantato, e noi faremo promessa di non allontanarci più di Lui, e così con la sua grazia poter rivivere. Signore Dio nostro, fa’ che ritorniamo a Te, e fa splendere il tuo volto e noi saremo salvi.

No hay comentarios.: