miércoles, 29 de octubre de 2008

DOMINGO XXX DEL TIEMPO ORDINARIO Año A


LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura Ex 22,20-26
Salmo Responsorial Salmo 17
Segunda Lectura 1 Tes 1,5c-10
Evangelio Mt 22,34-40

COMENTARIO A LA PALABRA DE DIOS:

Una vez mas Jesús es interrogado y puesto a prueba por un doctor de la Ley, alguien que conocía muy bien la Ley porque era un estudioso de ella. La pregunta que la hace a Jesús es un poco difícil si se tiene en cuenta la cantidad de preceptos y leyes que debían cumplir y aplicar los judíos. Pero Jesús no da rodeos, va directamente a la médula, a lo esencial de la Ley, el amor total y pleno de toda la persona hacia Dios, y el amor a Dios traducido en amor a uno mismo como al prójimo. De estas dos prescripciones dependen el resto, ellas dos sotienen la Ley y los Profetas. Este amor no viene sino de Dios mismo, que es el que habla a su pueblo con claridad dando normas concretas de cómo comportarse en este amor hacia el prójimo, pues parece que si este amor no se traduce en obras, en amor concreto al prójimo, no es amor verdadero y pleno a Dios. Es por eso que el Señor, Dios de Israel pide que no se moleste al forastero, pues también ellos han sido forasteros en Egipto; pide no maltratar a la viuda y al huérfano, pues Él escucha la súplica de los oprimidos; pide que se use bien del dinero, que no se haga usura con el dinero prestado, y ser atento con el indigente; si alguno te presta su manto, sé honesto, devolviéndoselo. Pues si no se vive esto, significa que el amor a Dios es falso.
Nuestro amor a Dios va junto al amor al prójimo, en un amor a uno mismo. Es decir, el sentirnos amados por Dios como Dios nos ama nos lleva a amarnos a nosotros mismos y a obrar con nuestro prójimo de acuerdo a este amor.
No hay amor más grande que el dar la vida y amar a los demás como lo hizo Cristo.
“Yo te amo, Señor, mi Fortaleza, mi roca, mi liberador.
Mi Dios, mi refugio en quien confío; mi escudo, mi salvación”.

domingo, 19 de octubre de 2008

DOMINGO XXIX DEL TIEMPO ORDINARIO Año A


COMENTARIO A LA PALABRA DE DIOS:
Una vez mas Jesús es interrogado con malicia por los fariseos para hacerlo caer en alguna afirmación, ya sea contra Dios o contra el poder romano en la figura del César. Esta vez los fariseos, acompañados de los herodianos, quieren poner en dificultad a Jesús frente al poder político romano (herodianos) y frente al judaísmo (fariseos).
Jesús se da cuenta de la mala intención de ellos y resuelve con mucha libertad la cuestión: “¿De quién es la imagen y la inscripción?”… pues den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.
¡Qué mejor respuesta que esa! Los fariseos están preocupados en hacer tropezar a Jesús para deshacerse de Él, pues en el fondo no aceptan el mensaje de Jesús.
La palabra de Jesús viene anunciada tanto para ellos como nosotros, hombres y mujeres de este siglo. El mensaje no es otro que este mismo -y que Don Bosco tenía muy presente en su vida y en la educación de sus muchachos-: ser “buenos cristianos y honrados ciudadanos”.
Se trata de cumplir los deberes del propio estado de vida, se trata de vivir en forma integrada nuestro ser cristiano y nuestro vivir en sociedad, en una cultura e historia determinada. Es tratar de vivir la “gracia de unidad”, vivir integrados, como dignos hijos de Dios, en la libertad de los hijos de Dios.
No se es cristiano sólo cuando se reza o se va a Misa o se asiste a alguno de los sacramentos, sino que se es cristiano siempre y en todas partes, con la misma intensidad y libertad, dando testimonio de lo que somos y hemos elegido vivir libremente. Es todo un compromiso, ¿no?...
Es que Dios no pide mucho, PIDE TODO, todo nuestro ser, toda nuestra vida para Él. Y el mejor modo de vivir en su presencia es siendo verdaderos hijos de Dios y de nuestro tiempo, vivendo encarnados y encarnando el Evangelio.
Ser cristianos y dar testimonio en todos los lugares por donde estamos y nos encontramos en este mundo en que vivimos exige verdaderamente un compromiso por el Reino, un vivir comprometido con Dios y con el mundo, siendo imágenes de su amor, de su justicia y de su bondad en el siglo presente.
Por eso, evitemos llevar una doble vida o una vida dividida donde en un lado me comporto como cristiano y en otro me comporto como a-cristiano, dejándome llevar e influenciar por las cosas de este mundo que son contrarias a lo que creo y profeso e intento vivir.
Pero no tengamos miedo de vivir como verdaderos cristianos y honrados ciudadanos, dando testimonio de nuestra vida en Dios, pues sabemos bien, como dice San Pablo: Por la fuerza del Evangelio, con la potencia del Espírito Santo y con profunda convicción, demos gracias a Dios, hermanos amados de Dios, elegidos por Él, pues la oración y las obras de la fe, la fatiga en la caridad y la firmeza de la esperanza en el Señor Jesucristo, delante de Dios nuestro Padre, sean el motivo de nuestra vida, dando razones de nuestra esperanza.

martes, 14 de octubre de 2008

Beata Alejandrina María da Costa (1904-1955)


Nació en Balasar, provincia de Oporto y Arquidiócesis de Braga (Portugal) el 30 de marzo de 1904, y fue bautizada el 2 de abril siguiente, Sábado Santo. Fue educada cristianamente por su madre, junto con su hermana Deolinda. Alejandrina permaneció en familia hasta los siete años, después fue enviada a Póvoa do Varzim donde se alojó con la familia de un carpintero, para poder asistir a la escuela primaria que no había en Balasar. Allí hizo la primera comunión en 1911, y el año siguiente recibió el sacramento de la Confirmación que le administró el Obispo de Oporto.
Después de dieciocho meses volvió a Balasar y fue a vivir con su mamá y hermana en la localidad de “Calvario”, donde permanecerá hasta su muerte.
Comenzó a trabajar en el campo, teniendo una constitución robusta: tenía a raya a los hombres y ganaba lo mismo que ellos. Su una adolescencia fue muy vivaz: dotada de un temperamento feliz y comunicativo, era muy amada por las compañeras. Sin embargo a los doce años se enfermó: una grave infección (quizá una tifoidea) la llevó a un paso de la muerte. Superó el peligro, pero después de esto su físico quedará marcado para siempre.
Cuando tenía catorce años sucedió un hecho decisivo para su vida. Era el Sábado Santo del 1918. Ese día ella, su hermana Deolinda y una muchacha aprendiz realizaban su trabajo de costura, cuando se dieron cuenta de que tres hombres trataban de entrar en su habitación. A pesar de que las puertas estuviesen cerradas, los tres lograron forzarlas y entraron. Alejandrina, para salvar su pureza amenazada, no dudó en tirarse por la ventana desde una altura de cuatro metros. Las consecuencias fueron terribles, aunque no inmediatas. En efecto las diversas visitas médicas a las que se sometió sucesivamente diagnosticaron siempre con mayor claridad un hecho irreversible.
Hasta los diecinueve años pudo aún arrastrarse hasta la iglesia, donde, totalmente contrahecha, permanecía gustosa, con gran maravilla de la gente. Después la parálisis fue progresando cada vez más, hasta que los dolores se volvieron horribles, las articulaciones perdieron sus movimientos y ella quedó completamente paralítica. Era el 14 de abril de 1925, cuando Alejandrina se puso en el lecho para no levantarse más por los restantes treinta años de su vida.
Hasta el año 1928 ella no dejó de pedirle al Señor, por intercesión de la Virgen, la gracia de la curación, prometiendo que, si se curaba, se haría misionera. Pero, en cuanto comprendió que el sufrimiento era su vocación, la abrazó con prontitud. Decía: “Nuestra Señora me ha concedido una gracia aún mayor. Primero la resignación, después la conformidad completa a la voluntad de Dios, y en fin el deseo de sufrir”.
Se remontan a este período los primeros fenómenos místicos, cuando Alejandrina inició una vida de grande unión con Jesús en los Sagrarios, por medio de María Santísima. Un día que estaba sola, le vino improvisamente este pensamiento: “Jesús, tú estás prisionero en el Sagrario y yo en mi lecho por tu voluntad. Nos haremos compañía”. Desde entonces comenzó su primera misión: ser como la lámpara del Sagrario. Pasaba sus noches como peregrinando de Sagrario en Sagrario. En cada Misa se ofrecía al Eterno Padre como víctima por los pecadores, junto con Jesús y según Sus intenciones.
Crecía en ella siempre más el amor al sufrimiento, conforme su vocación de víctima se hacía sentir de manera más clara. Hizo el voto de hacer siempre lo que fuera más perfecto.
Del viernes 3 de octubre de 1938 al 24 de marzo de 1942, o sea por 182 veces, vivió cada viernes los sufrimientos de la Pasión. Alejandrina, superando su estado habitual de parálisis, bajaba del lecho y con movimientos y gestos acompañados de angustiosos dolores, reproducía los diversos momentos del Vía Crucis, por tres horas y media.
“Amar, sufrir, reparar” fue el programa que le indicó el Señor. Desde 1934 –por mandato del padre jesuita Mariano Pinho, que la dirigió espiritualmente, hasta 1941– Alejandrina ponía por escrito todo lo que cada vez le decía Jesús.
En 1936, por orden de Jesús, ella le pidió al Santo Padre, por medios del padre Pinho, la consagración del mundo al Corazón Inmaculado de María. Esta súplica fue varias veces renovada hasta 1941, por lo que la Santa Sede interrogó por tres veces al Arzobispo de Braga sobre Alejandrina. El 31 de octubre de 1942 Pío XII consagró el mundo al Corazón Inmaculado de María con un mensaje transmitido a Fátima en lengua portuguesa. Este acto lo renovó en Roma en la Basílica de San Pedro el 8 de diciembre del mismo año.
Desde el 27 de marzo de 1942 en adelante Alejandrina dejó de alimentarse, viviendo sólo de Eucaristía. En 1943 por cuarenta días y cuarenta noches fueron estrictamente controlados por excelentes médicos su ayuno absoluto y su anuria, en el hospital de la Foz do Douro cerca de Oporto.
En 1944 su nuevo director espiritual, el salesiano padre Humberto Pasquale, animó a Alejandrina, para que siguiera dictando su diario, después que constató la altura espiritual a la que había llegado; lo que ella hizo con espíritu de obediencia hasta la muerte. En el mismo año 1944 Alejandrina se inscribió a la Unión de los Cooperadores Salesianos. Quiso colocar su diploma de Cooperadora “en donde pudiera tenerlo siempre a la vista”, para colaborar con su dolor y con sus oraciones a la salvación de las almas, sobre todo juveniles. Rezó y sufrió por la santificación de los Cooperadores de todo el mundo.
A pesar de sus sufrimientos, ella seguía además interesándose e ingeniándose en favor de los pobres, del bien espiritual de los parroquianos y de otras muchas personas que recurrían a ella. Promovió triduos, cuarenta horas y ejercicios cuaresmales en su parroquia.
Especialmente en los últimos años de vida, muchas personas acudían a ella aún de lejos, atraídas por su fama de santidad; y bastantes atribuían a sus consejos su conversión.
En 1950 Alejandrina festeja el XXV aniversario de su inmovilidad. El 7 de enero de 1955 se le anuncia que éste será el año de su muerte. El 12 de octubre quiso recibir la unción de los enfermos. El 13 de octubre, aniversario de la última aparición de la Virgen de Fátima, se la oyó exclamar: “Soy feliz, porque voy al cielo”. A las 19,30 expiró.
En 1978 sus restos fueron trasladados del cementerio a la iglesia parroquial de Balasar, donde hoy – en una capilla lateral – reposa el cuerpo de Alejandrina. Sobre su tumba se leen estas palabras que ella quiso: “Pecadores, si las cenizas de mi cuerpo pueden ser útiles para salvaros, acercaos, pasad sobre ellas, pisadlas hasta que desaparezcan. Pero ya no pequéis; no ofendáis más a nuestro Jesús!”. Es la síntesis de su vida gastada exclusivamente para salvar las almas.
En Oporto en la tarde del día 15 de octubre las florerías se vieron privadas de rosas blancas: todas fueron vendidas. Un homenaje floral a Alejandrina, que había sido la rosa blanca de Jesús.

sábado, 11 de octubre de 2008

DOMINGO XXVIII DEL TIEMPO ORDINARIO Año A


LITURGIA DE LA PALABRA

* Is 25,6-10a: El Señor preparará un festín y enjugará las lágrimas de todos los rostros.
Hará Yahveh Sebaot a todos los pueblos en este monte un convite de manjares frescos, convite de buenos vinos: manjares de tuétanos, vinos depurados;consumirá en este monte el velo que cubre a todos los pueblos y la cobertura que cubre a todos los gentes;consumirá a la Muerte definitivamente. Enjugará el Señor Yahveh las lágrimas de todos los rostros, y quitará el oprobio de su pueblo de sobre toda la tierra, porque Yahveh ha hablado.Se dirá aquel día: "Ahí tenéis a nuestro Dios: esperamos que nos salve; éste es Yahveh en quien esperábamos; nos regocijamos y nos alegramos por su salvación."Porque la mano de Yahveh reposará en este monte, Moab será aplastado en su sitio como se aplasta la paja en el muladar.

* Sal 22,1-6: Habitaré en la casa del Señor, por años sin término.
Yahveh es mi pastor, nada me falta.Por prados de fresca hierba me apacienta.Hacia las aguas de reposo me conduce,y conforta mi alma;me guía por senderos de justicia,en gracia de su nombre.Aunque pase por valle tenebroso,ningún mal temeré, porque tú vas conmigo;tu vara y tu cayado, ellos me sosiegan.Tú preparas ante mí una mesafrente a mis adversarios;unges con óleo mi cabeza,rebosante está mi copa.Sí, dicha y gracia me acompañarántodos los días de mi vida;mi morada será la casa de Yahveha lo largo de los días.

* Flp 4,12-14.19-20: Todo lo puedo en aquel que me conforta.
Sé andar escaso y sobrado. Estoy avezado a todo y en todo: a la saciedad y al hambre; a la abundancia y a la privación.
Todo lo puedo en Aquel que me conforta.
En todo caso, hicisteis bien en compartir mi tribulación.
Y mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades con magnificencia, conforme a su riqueza, en Cristo Jesús.
Y a Dios, nuestro Padre, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

* Mt 22,1-14: A todos los que encontréis, convidadlos a la boda.
Tomando Jesús de nuevo la palabra les habló en parábolas, diciendo:"El Reino de los Cielos es semejante a un rey que celebró el banquete de bodas de su hijo.Envió sus siervos a llamar a los invitados a la boda, pero no quisieron venir.Envió todavía otros siervos, con este encargo: Decid a los invitados: "Mirad, mi banquete está preparado, se han matado ya mis novillos y animales cebados, y todo está a punto; venid a la boda."Pero ellos, sin hacer caso, se fueron el uno a su campo, el otro a su negocio;y los demás agarraron a los siervos, los escarnecieron y los mataron.Se airó el rey y, enviando sus tropas, dio muerte a aquellos homicidas y prendió fuego a su ciudad.Entonces dice a sus siervos: "La boda está preparada, pero los invitados no eran dignos.Id, pues, a los cruces de los caminos y, a cuantos encontréis, invitadlos a la boda."Los siervos salieron a los caminos, reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala de bodas se llenó de comensales."Entró el rey a ver a los comensales, y al notar que había allí uno que no tenía traje de boda,le dice: "Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de boda?" Él se quedó callado.Entonces el rey dijo a los sirvientes: "Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes."Porque muchos son llamados, mas pocos escogidos."

COMENTARIO A LA PALABRA DE DIOS:
Dice el Señor que preparará un festín y enjugará las lágrimas de todos los rostros, que consumirá a la Muerte definitivamente. Enjugará el Señor Yahveh las lágrimas de todos los rostros, y quitará el oprobio de su pueblo de sobre toda la tierra.
La primera lectura nos muestra el banquete al final de los tiempos, cuando Jesús venga a juzgar a las naciones, habla de la escatología, del final, donde ya no habrá llanto ni dolor para los invitados a gozar de la Fiesta de las bodas eternas del Cordero, Jesucristo nuestro Señor.
Pero mientras peregrinamos en este mundo, necesitamos de Jesús, del Pastor Eterno, para que nos guíe en el camino de la vida, para que nos ayude y sostenga al atravesar oscuras quebradas, llevándonos por senderos de justicia, por amor de su nombre, confortando nuestras almas… porque si Él está conmigo
ningún mal temeré, porque tu vara y tu cayado me sosiegan al pasar por valle tenebroso. Sí, dicha y gracia me acompañarán todos los días de mi vida; mi morada será la casa de Dios a lo largo de los días.Porque como nos dice San Pablo, “todo lo puedo en Aquel que me conforta”.
Pero en medio de este peregrinar por este mundo hasta llegar al Paraíso, Dios Padre nos está ya invitando al banquete de bodas de su Hijo.En esta parábola contada por Jesús, se nos explica el sentido del Reino de los Cielos al cual aspiramos y caminamos. El Rey envió sus siervos a llamar a los invitados a la boda, pero no quisieron venir.Envió todavía otros siervos, con este encargo: Decid a los invitados: "Mirad, mi banquete está preparado, se han matado ya mis novillos y animales cebados, y todo está a punto; venid a la boda" de mi hijo.Pero ellos, sin hacer caso, se fueron el uno a su campo, el otro a su negocio; y los demás agarraron a los siervos, los escarnecieron y los mataron. Ninguno se interesó por la boda del hijo del Rey… Dios Padre viene anunciándonos y preparándonos desde antiguo para la llegada de su Hijo Jesús por medio de los profetas, pero a lo largo de la historia todos hicieron lo mismo, se encerraron en sus propios proyectos y no se abrieron a la gracia de Dios.
Hoy el Padre sigue llamando a la Boda de su Hijo, pero seguimos disculpándonos de no poder ir, prefiriendo nuestras cosas, proyectos personales y egoísmos a gozar de la dicha de su salvación y amor.
Y seguimos echando fuera a todos los que Dios nos manda como mediadores e instrumentos de su gracia… seguimos prefiriendo nuestro egoísmo y nuestros pecados que vivir en su gracia. Pero aún cuando aceptamos la invitación, debemos optar por vivir de acuerdo al proyecto de Dios, llevando el “traje de boda” (estar en gracia), pues no se admiten tibiezas o mediocridades, hay que darse por entero, el todo por el todo, como lo hizo Jesús por nosotros, una vez por todas y para siempre.Pidamos a Dios la gracia de estar atentos a su invitación al banquete de bodas de su Hijo, para llevar un vida digna de un cristiano comprometido, que vive la gracia como un don y una tarea para hacerla fructificar, a fin de que podamos encontrarnos un día, todos juntos, en el Cielo, festejando la Boda de Jesús, el Cordero inmolado por nuestra salvación.

sábado, 4 de octubre de 2008

DOMINGO XXVII DEL TIEMPO ORDINARIO Año A


LITURGIA DE LA PALABRA


Is 5,1-7: La viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel.
Voy a cantar en nombre de mi amigo un canto de amor a su viña.Mi amigo tenía una viña en fértil collado. La entrecavó, la descantó, y plantó buenas cepas; construyó en medio una atalaya y cavó un lagar. Y esperó que diese uvas, pero dio agrazones.Pues ahora, habitantes de Jerusalén, hombres de Judá, por favor, sed jueces entre mí y mi viña. ¿Qué más cabía hacer por mi viña que yo no lo haya hecho? ¿Por qué, esperando que diera uvas, dio agrazones?Pues ahora os diré a vosotros lo que voy a hacer con mi viña: quitar su valla para que sirva de pasto, derruir su tapia para que la pisoteen. La dejaré arrasada: no la podarán ni la escardarán, crecerán zarzas y cardos; prohibiré a las nubes que lluevan sobre ella.La viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel; son los hombres de Judá su plantel preferido. Esperó de ellos derecho, y ahí tenéis: asesinatos; esperó justicia, y ahí tenéis: lamentos.

Sal 79: La viña del Señor es la casa de Israel.
Sacaste una vid de Egipto,expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste;le preparaste el terreno, y echó raíceshasta llenar el país;

Su sombra cubría las montañas,y sus pámpanos, los cedros altísimos;extendió sus sarmientos hasta el mar,y sus brotes hasta el Gran Río.

¿Por qué has derribado su cercapara que la saqueen los viandantes,la pisoteen los jabalíesy se la coman las alimañas?

Dios de los ejércitos, vuélvete:mira desde el cielo, fíjate,ven a visitar tu viña,la cepa que tu diestra plantó,y que tú hiciste vigorosa.

La han talado y le han prendido fuego;con un bramido hazlos perecer.

Que tu mano proteja a tu escogido,al hombre que tú fortaleciste.

No nos alejaremos de ti:danos vida, para que invoquemos tu nombre.

Señor, Dios de los ejércitos, restáuranos,que brille tu rostro y nos salve.

* Mt 21,33-43: Arrendará la viña a otros labradores.
"Escuchad otra parábola. Era un propietario que plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó en ella un lagar y edificó una torre; la arrendó a unos labradores y se ausentó.

Cuando llegó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores para recibir sus frutos.

Pero los labradores agarraron a los siervos, y a uno le golpearon, a otro le mataron, a otro le apedrearon.

De nuevo envió otros siervos en mayor número que los primeros; pero los trataron de la misma manera.Finalmente les envió a su hijo, diciendo: "A mi hijo le respetarán."Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron entre sí: "Este es el heredero. Vamos, matémosle y quedémonos con su herencia."Y agarrándole, le echaron fuera de la viña y le mataron.Cuando venga, pues, el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?"

Dícenle: "A esos miserables les dará una muerte miserable arrendará la viña a otros labradores, que le paguen los frutos a su tiempo."

Y Jesús les dice: "¿No habéis leído nunca en las Escrituras: 'La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos?'

Por eso os digo: Se os quitará el Reino de Dios para dárselo a un pueblo que rinda sus frutos."

COMENTARIO A LA PALABRA DE DIOS:
Queridos hermanos y hermanas, hoy escuchamos de Jesús una parábola cuyo contenido es bastante fuerte. Muchas veces sentimos las palabras de un Jesús misericordioso, amable... pero hoy no es así, vemos a un Jesús que nos presenta la realidad con la crueldad de los hombres.
Jesús dijo esta parábola a los jefes de los sacerdotes y a los ancianos del pueblo, a los que tenían que cuidar del pueblo del que Dios, la misma viña que Dios ha preparado y cuidado:
"Un hombre, poseía un terreno y plantó una viña. La circundó con un cerco, cavó un pozo para el trapiche y construyó una torre. La dio en alquiler a los campesinos y se fue lejos.
Cuando llegó el tiempo de recoger los frutos, mandó sus siervos a retirar la cosecha. Pero los campesinos tomaron los siervos y uno lo apalearon, otro lo mataron, otro lo lapidaron. Mandó de nuevos otros siervos, más numerosos que los primeros, pero a ellos los trataron del mismo modo.
Dios ha mandado a sus profetas para conducir al pueblo elegido, su viña, pero los jefes han puesto su mano y se han aprovechado de lo que no era suyo, traicionando a Dios.
Por último les mandó a su propio hijo diciendo: "¡Tendrán respeto por mi hijo!". Pero los campesinos, viendo al hijo, se dijeron entre ellos: "¡Ése es el heredero. Matémoslo y quedémonos con su herencia!". Lo tomaron, lo echaron fuera de la viña y lo mataron.
El propio Jesús hace un adelanto de su muerte por mano de los jefes del pueblo. Él ha venido para entregarnos a Dios, el dueño de la viña, pero el egoísmo de los hombres ha matado a Jesús.
Por tanto nos dice Jesús: a ustedes se les quitará el Reino de Dios y será dado a un pueblo que produzca frutos".
Todo somos responsables de lo que el Dios nos ha confiado, pero muchas veces vivimos la gracia de Dios como algo propio, personal y egoísta, cuando en verdad todos somos su viña, y todo tenemos que dar frutos a su tiempo, cada uno según lo que se le ha confiado.
También sucede que en esta sociedad echamos fuera de nuestras vidas a Jesús y a todos los que él nos manda como mensajeros de su amor, y así vivimos sin Dios, lejos de Él y de su gracia, sin poder dar frutos.
Hagamos como el apóstol Pablo nos dice: Hermanos y hermanas, no se angustien para nada, pero en cada circunstancia hagan presente a Dios sus solicitudes con ruegos, súplicas y agradecimientos.
Y la paz de Dios, que supera cada inteligencia, custodiará sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús.
Todo lo que es verdadero, lo que es noble, justo, puro, lo que es amable, honrado, lo que es virtud y lo que merece alabanza, esté siempre en sus pensamientos.
Las cosas que han aprendido, recibido, escuchado y visto en mí (Pablo), pónganlas en práctica. ¡Y el Dios de la paz estará con ustedes!
Es Él quien nos ha dado cada bien y nos ha dejado un encargo en esta, su viña.
Tenemos que pedir a Dios que siempre esté con nosotros, para poder aprender de Él.
Pidámosle que nos mire y visite esta viña, que proteja lo que Su derecha ha plantado, y nosotros haremos promesa de no alejarnos más que Él, y así con su gracia poder revivir. Nuestro Señor Dios, haz qué volvemos a Ti, y haz resplandecer tu rostro y nosotros seremos salvados.


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DOMENICA XXVII DEL TEMPO ORDINARIO Anno A

LITURGIA DELLA PAROLA

Prima Lettura Is 5,1-7

Dal libro del profeta Isaia
Voglio cantare per il mio diletto il mio cantico d’amore per la sua vigna.

Il mio diletto possedeva una vigna sopra un fertile colle.Egli l’aveva dissodata e sgombrata dai sassi e vi aveva piantato viti pregiate;in mezzo vi aveva costruito una torre e scavato anche un tino.Egli aspettò che producesse uva; essa produsse, invece, acini acerbi.

E ora, abitanti di Gerusalemme e uomini di Giuda, siate voi giudici fra me e la mia vigna.

Che cosa dovevo fare ancora alla mia vigna che io non abbia fatto?

Perché, mentre attendevo che producesse uva, essa ha prodotto acini acerbi?Ora voglio farvi conoscere ciò che sto per fare alla mia vigna: toglierò la sua siepee si trasformerà in pascolo; demolirò il suo muro di cinta e verrà calpestata.La renderò un deserto, non sarà potata né vangata e vi cresceranno rovi e pruni; alle nubi comanderò di non mandarvi la pioggia.Ebbene, la vigna del Signore degli eserciti è la casa d’Israele; gli abitanti di Giuda sono la sua piantagione preferita.Egli si aspettava giustizia ed ecco spargimento di sangue, attendeva rettitudine ed ecco grida di oppressi.


Salmo Responsoriale

Dal Salmo 79

La vigna del Signore è la casa d'Israele.

Hai sradicato una vite dall’Egitto,hai scacciato le genti e l’hai trapiantata.

Ha esteso i suoi tralci fino al mare,arrivavano al fiume i suoi germogli.Perché hai aperto brecce nella sua cintae ne fa vendemmia ogni passante?La devasta il cinghiale del boscoe vi pascolano le bestie della campagna.Dio degli eserciti, ritorna!

Guarda dal cielo e vedi e visita questa vigna,proteggi quello che la tua destra ha piantato,il figlio dell’uomo che per te hai reso forte.

Da te mai più ci allontaneremo,facci rivivere e noi invocheremo il tuo nome.

Signore, Dio degli eserciti, fa’ che ritorniamo, fa’ splendere il tuo volto e noi saremo salvi.


Seconda Lettura Fil 4,6-9

Dalla lettera di san Paolo apostolo ai Filippesi
Fratelli, non angustiatevi per nulla, ma in ogni circostanza fate presenti a Dio le vostre richieste con preghiere, suppliche e ringraziamenti. E la pace di Dio, che supera ogni intelligenza, custodirà i vostri cuori e le vostre menti in Cristo Gesù.In conclusione, fratelli, quello che è vero, quello che è nobile, quello che è giusto, quello che è puro, quello che è amabile, quello che è onorato, ciò che è virtù e ciò che merita lode, questo sia oggetto dei vostri pensieri. Le cose che avete imparato, ricevuto, ascoltato e veduto in me, mettetele in pratica. E il Dio della pace sarà con voi!


Vangelo Mt 21,33-43Dal vangelo secondo Matteo
In quel tempo, Gesù disse ai capi dei sacerdoti e agli anziani del popolo: «Ascoltate un’altra parabola: c’era un uomo, che possedeva un terreno e vi piantò una vigna. La circondò con una siepe, vi scavò una buca per il torchio e costruì una torre. La diede in affitto a dei contadini e se ne andò lontano. Quando arrivò il tempo di raccogliere i frutti, mandò i suoi servi dai contadini a ritirare il raccolto. Ma i contadini presero i servi e uno lo bastonarono, un altro lo uccisero, un altro lo lapidarono. Mandò di nuovo altri servi, più numerosi dei primi, ma li trattarono allo stesso modo. Da ultimo mandò loro il proprio figlio dicendo: “Avranno rispetto per mio figlio!”. Ma i contadini, visto il figlio, dissero tra loro: “Costui è l’erede. Su, uccidiamolo e avremo noi la sua eredità!”. Lo presero, lo cacciarono fuori dalla vigna e lo uccisero. Quando verrà dunque il padrone della vigna, che cosa farà a quei contadini?». Gli risposero: «Quei malvagi, li farà morire miseramente e darà in affitto la vigna ad altri contadini, che gli consegneranno i frutti a suo tempo». E Gesù disse loro: «Non avete mai letto nelle Scritture:“La pietra che i costruttori hanno scartato è diventata la pietra d’angolo; questo è stato fatto dal Signore ed è una meraviglia ai nostri occhi?”Perciò io vi dico: a voi sarà tolto il regno di Dio e sarà dato a un popolo che ne produca i frutti».

COMMENTO ALLA PAROLA DI DIO:

Carissimi fratelli e sorelle, oggi sentiamo dire Gesù una parabola il cui contenuto è abbastanza forte. Tante volte sentiamo le parole di un Gesù misericordioso, amabile ma oggi non è così, sentiamo un Gesù che ci presenta la realtà con tutta la crudeltà degli uomini.
Gesù disse questa parabola ai capi dei sacerdoti e agli anziani del popolo, a quelli che dovevano avere cura del popolo del quale Dio aveva fatto responsabili, la stessa vigna che Dio ha curato e messo a posto: «Un uomo, possedeva un terreno e vi piantò una vigna. La circondò con una siepe, vi scavò una buca per il torchio e costruì una torre. La diede in affitto a dei contadini e se ne andò lontano. Quando arrivò il tempo di raccogliere i frutti, mandò i suoi servi dai contadini a ritirare il raccolto. Ma i contadini presero i servi e uno lo bastonarono, un altro lo uccisero, un altro lo lapidarono. Mandò di nuovo altri servi, più numerosi dei primi, ma li trattarono allo stesso modo. Dio ha mandato i suoi profeti per condurre il popolo eletto, la sua vigna, ma i capi hanno messo mano loro e hanno approfittato di quello che non era suo, tradendo il Signore.Da ultimo mandò loro il proprio figlio dicendo: “Avranno rispetto per mio figlio!”. Ma i contadini, visto il figlio, dissero tra loro: “Costui è l’erede. Su, uccidiamolo e avremo noi la sua eredità!”. Lo presero, lo cacciarono fuori dalla vigna e lo uccisero.
Gesù stesso anticipa la sua morte da mano dei capi del popolo. Lui è venuto per consegnarci a Dio, il padrone della vigna, ma l’egoismo degli uomini ha ucciso Gesù.Perciò ci dice Gesù: a voi sarà tolto il regno di Dio e sarà dato a un popolo che ne produca i frutti».
Tutti siamo responsabili di quello che il Signore ci ha affidati, ma tante volte viviamo il dono di Dio come qualcosa di personale ed egoista, ma in verità siamo tutti la sua vigna, e tutti dobbiamo dare i frutti al suo tempo, ciascuno secondo quello che Lui ci ha dato.
Dobbiamo fare come ci dice l’apostolo Paolo: Fratelli e sorelle, non angustiatevi per nulla, ma in ogni circostanza fate presenti a Dio le vostre richieste con preghiere, suppliche e ringraziamenti. E la pace di Dio, che supera ogni intelligenza, custodirà i vostri cuori e le vostre menti in Cristo Gesù.Quello che è vero, quello che è nobile, quello che è giusto, quello che è puro, quello che è amabile, quello che è onorato, ciò che è virtù e ciò che merita lode, questo sia oggetto dei vostri pensieri. Le cose che avete imparato, ricevuto, ascoltato e veduto in me, mettetele in pratica. E il Dio della pace sarà con voi!
È Lui che ci ha dato ogni bene e ci ha lasciato un incarico in questa sua vigna.
Dobbiamo chiedere il Signore che sia sempre con noi, per poter imparare da Lui.Chiediamole di guardarci e di visitare questa vigna, che protegga quello che la Sua destra ha piantato, e noi faremo promessa di non allontanarci più di Lui, e così con la sua grazia poter rivivere. Signore Dio nostro, fa’ che ritorniamo a Te, e fa splendere il tuo volto e noi saremo salvi.